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Detección y valoración de la depresión en el entorno laboral

En el mundo laboral es importante cuidar y evaluar la salud mental de los colaboradores, pues es un factor que puede afectar el desempeño del trabajador y el rendimiento de las empresas.

Por esta razón, hoy hablaremos de la importancia de la detección y valoración de la depresión en el entorno laboral.

Para empezar, ¿cómo realizar la detección y valoración de la depresión en el entorno laboral?

En el entorno laboral es importante examinar siempre la presencia de factores de riesgo para depresión tales como:

Historia previa de episodios depresivos, historia familiar de depresión, factores psicosociales (de género, edad, desempleo, separación conyugal, alcohol).

También, consultas frecuentes a servicios de salud o enfermedad médica concomitante.

De igual manera, la reducción de la autonomía y la funcionalidad y enfrentamiento de situaciones de cambio o conflicto.

¿Qué hacer si se detectan síntomas depresivos?

Ante la presencia de síntomas depresivos debe realizarse un tamizaje con la formulación de dos preguntas cuya respuesta puede ser sí o no.

Preguntas de tamizaje para depresión en atención primaria

  • Durante el último mes ¿se ha sentido frecuentemente desanimado, deprimido o con pocas esperanzas?
  • ¿Ha sentido frecuentemente poco interés o placer al hacer cosas que antes disfrutaba?

A tener en cuenta:

Para establecer la existencia de un episodio depresivo, deben tenerse en cuenta los criterios diagnósticos establecidos en:

La Clasificación Internacional de Enfermedades CIE -10 y el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V), en el marco de la consulta especializada de psiquiatría.[1]

Y ¿qué hacer si en la valoración de la depresión los síntomas no mejoran?

Siempre que se observe que la persona no presenta mejoría o que sus síntomas empeoran, incluso, si se presentan intentos de suicidio, consumo de sustancias psicoactivas o síntomas psicóticos, debe remitirse inmediatamente al trabajador a consulta especializada de salud mental.

¿Qué se realiza en estos casos?

En tales casos, es importante que el profesional que atiende al trabajador indague sobre ideación suicida, gestos o intentos suicidas, comportamientos riesgosos y factores que aumentan el riesgo de suicidio.

Además, el profesional tratante deberá analizar el caso a la luz de los criterios de diagnóstico de los episodios depresivos para establecer la severidad de los mismos.

Esto, permitirá definir las pautas de manejo subsiguientes y tomar decisiones sobre tratamiento ambulatorio u hospitalario, así como una posible restricción de la actividad laboral.

¿Cuándo debe remitirse el trabajador al servicio de urgencias?

Si están presentes los siguientes criterios de hospitalización:

Intento o plan estructurado de suicidio, síntomas psicóticos, comportamientos de riesgo o conductas autolesivas.

De igual manera, compromiso del estado general, consumo abusivo de alcohol u otras sustancias psicoactivas, deficiente red de apoyo y violencia intrafamiliar.

En estas ocasiones debe inmediatamente remitirse al servicio de urgencias de la EPS.

Y las empresas ¿qué deben hacer frente a la valoración de la depresión?

De forma simultánea a las actividades dirigidas al trabajador con diagnóstico de depresión, la empresa debe implementar acciones encaminadas a generar cambios organizacionales.

Estas permitirán gestionar los factores de riesgo psicosocial que han sido clasificados como altos y muy altos.

Todo con el propósito de prevenir la ocurrencia y recurrencia de la enfermedad.

Algunas de las actividades de intervención en el trabajo son:

  • Realizar el análisis psicosocial de los puestos de trabajo con el propósito de establecer la carga y demandas del trabajo.

Así como para adecuarlas a las características psicofisiológicas del trabajador a quien se le ha diagnosticado un episodio depresivo.

  • Mejorar las redes de comunicación y promover la participación de los trabajadores en la organización.

Las técnicas dirigidas al aumento de la participación de los empleados incluyen la identificación de estresores y de modos para aliviarlos y proponer mejoras.

  • Incremento de la comunicación y del apoyo social, clarificación de roles, funciones y mejora de estrategias de comunicación.
  • Aumentar los recursos o habilidades de comunicación y negociación en los trabajadores.
  • Formar en técnicas de autorregulación o control, solución de problemas, afrontamiento y resiliencia, entre otros.
  • Desarrollar mesas de salud con la participación de la EPS y la ARL.

Todo con el objetivo de establecer tratamientos e intervenciones tempranas y de esta manera evitar el progreso de la enfermedad a situaciones crónicas de difícil manejo.[2]

Si deseas conocer más sobre la depresión en el entorno laboral espera nuestro blog de la próxima semana.

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[1] Ministerio del Trabajo. Actividades de prevención secundaria. Página 16. Depresión: Protocolo de prevención y actuación en el entorno laboral. Recuperado de: https://posipedia.com.co/wp-content/uploads/2019/08/depresion-protocolo-prevencion-actuacion-entorno-laboral.pdf

[2] Ministerio del Trabajo. Actividades de prevención secundaria. Página 17. Depresión: Protocolo de prevención y actuación en el entorno laboral. Recuperado de: https://posipedia.com.co/wp-content/uploads/2019/08/depresion-protocolo-prevencion-actuacion-entorno-laboral.pdf